IMPORTANCIA DE NARRAR Y DE LEER EN VOZ ALTA A LOS NIÑOS:
LEAMOS CON ELLOS
Como parte fundamental del proceso se debe tener presente que los niños aprenden a distintos ritmos, que unos necesitan más apoyo que otros y que la constancia es primordial para que encuentren en la lectura una manera grata de pasar el tiempo, aprender, explorar y pensar el mundo.
Al principio los niños se comunican con llanto, gorgogeos y vocalizaciones; poco a poco aprenden a hablar, a expresarse con palabras. Y ese aprendizaje se enriquecerá si al escucharlos les respondemos invitándolos a continuar con la conversación, dele el turno para que se exprese con miradas, sonrisas, movimientos, pues así es como conversan los niños; y después tome el turno de nuevo para decirle que entendiste de lo que te dijo.
Estas experiencias gratas con el lenguaje son el inicio de una buena relación con la lectura
No se empieza a leer solo cuando se es capaz de descifrar las palabras escritas en un texto. El aprendizaje de la lectura empieza desde antes de nacer, cuando los bebes escuchan la voz de sus padres y sienten su cuerpo.
Cuando nacen, con sus palabras y abrazos los padres les dicen lo que sienten, el tono y el ritmo con el que se expresan son una invitación para que los niños respondan con vocalizaciones.
Este intercambio contiene las características de lo que más adelante será la conversación y se enriquece con otras lecturas: las canciones, arrullos y juegos.
La voz, la musicalidad del lenguaje – ritmo y entonación, el rostro y el cuerpo de sus padres son el primer libro de los niños.
Poco a poco los pequeños relacionan la cadena sonidos con las palabras y sus significados (este dedito que “compró un huevito” es el dedito que tiene en su mano) y luego cuando se le muestran libros verá que su dedo es como el dedo que está en las imágenes del libro y que esa palabra que ya le es familiar también tiene una “imagen”, la palabra escrita, y disfrutara encontrándola en los libros.
En ese instante el niño ya empieza a establecer una relación natural con el lenguaje escrito.
Si se continua fomentado la lectura con los niños, su lenguaje será cada vez más rico, no solo conocerán palabras y sabrán cómo usarlas al hablar, sino que cuando lleguen a la escuela, para iniciar el aprendizaje formal de la lectura y la escritura, este les será más fácil, porque ya han recorrido un largo camino de preparación: así como decimos las palabras, porque antes las hemos escuchado, podemos escribirlas porque ya conocemos su significado.